Es necesario clasificar y priorizar para planificar tu entrenamiento de tral running

En la anterior entrada del blog hablamos del punto de partida a la hora de plantear una temporada de entrenamiento. Comentamos que es necesario tener claras nuestras pruebas objetivo ya que nos orientan a la hora de plasmar una planificación y programación para el desarrollo de capacidades físicas, técnicas y mentales a lo largo de la temporada.

Pues bien, hoy hablaremos de estas pruebas objetivo, su prioridad y su necesidad de clasificación a la hora de colocarlas en nuestro calendario y planificar tu entrenamiento de trail running.

La temporada de entrenamiento se alarga muchos meses, cada vez más. Cada vez hay más pruebas para correr, incluyendo ya no solo pruebas puntuales en distintos parajes; sino que se han empezado a incorporar distintos circuitos compuestos por 2, 3 o incluso más pruebas.

El calendario de pruebas a día de hoy se extiende todo el año. Las pruebas más largas (ultras), se empiezan a correr desde mayo a julio-agosto. Después del parón veraniego (cada vez más corto también), se inicia desde finales de agosto, septiembre y octubre la segunda parte de estas carreras más largas. Una vez acabado este ciclo, casi empalmamos con las pruebas cortas de invierno (desde sprint-trail hasta unos 30-40km), que se empiezan a correr en noviembre y se extienden hasta aproximadamente febrero. A partir de febrero-marzo, comienzan las pruebas de más kilometraje (sobre todo hasta distancia maratón), solapándose ya de nuevo con las pruebas ultra. Y todo esto a su vez, se compagina en muchos casos con las pruebas invernales-navideñas de asfalto (10k, 21k), que muchos corredores de trail también realizan.

Este extenso calendario presenta la problemática de que sea imposible logar un pico de forma que cubra todas y cada una de las pruebas a las que nos presentemos.

Por esta razón, debemos clasificar y estratificar las carreras a las que nos presentaremos y tendremos en cuenta que, la forma de afrontarlas será distinto en cada uno de los casos.

Esta clasificación y caracterización es tan importante que, plataformas de entrenamiento como Training Peaks incluyen en sus planificaciones estas diferenciaciones a la hora de crear las planificaciones.

Así pues, encontramos:

Carreras de tipo A:

Serán nuestras carreras principales. El objetivo es asegurarnos que llegamos en las mejores condiciones posibles. Toda la planificación gira en torno a ellas. Las últimas fases de ésta desarrollarán las necesidades fisiológicas, técnicas, nutricionales, mentales, etc que preveamos que nos podremos encontrar. Prepararemos para este tipo de prueba, una estrategia nutricional, equipamiento, estrategia de carrera, etc, anterior a la competición.

La estudiaremos previamente y trazaremos un plan (nutricional, de asistencia externa, materiales, etc), tratando de reducir al máximo la incertidumbre de la prueba.

Una vez acabada la prueba, la repasaremos y analizaremos todos los puntos positivos, negativos, a mejorar y a mantener para futuras carreras con características similares.

Carreras de tipo B:

Serán carreras similares a las anteriores (A) en cuanto a distancia, desnivel, terreno, exigencia técnica y mental etc., donde aprovechamos para probar, contrastar y determinar aquellas estrategias, materiales, nutrición, ritmos, etc. para aplicar en las carreras A.

Digamos que no las preparamos a conciencia, pero mostrarán un reflejo de la especificidad y acierto (y sobre todo errores), de los entrenamientos realizados. Nos brindan la ocasión de poder rectificar aspectos y probar nuevas estrategias previamente a nuestra prueba A, sin la presión de ser el día “D” que llevamos tanto tiempo preparando y esperando.

Carreras C:

Serán carreras que no modifican la planificación, ni programación. Se incluyen en la preparación como un entrenamiento específico más.

Son carreras que no se corresponden con la distancia, ni características propias de la tipo A objetivo. Suelen ser carreras que se corren en las fases medias de la programación, con distancias más cortas, o intensidades superiores cuando nuestro objetivo A es un ultra.

El interés en ellas radica en dos puntos. Primero, es una carrera motivante para aquellas personas a las que les gusta competir bastante y su prueba objetivo A está muy lejana en el tiempo. Segundo, al realizarse al principio-mitad de la programación coincidiendo en el desarrollo de valores tales como VO2max (Consumo Máximo de Oxígeno) y umbral anaeróbico en programaciones (normalmente de tipo inverso) para carreras de muy larga distancia, y suelen ser distancias cortas y rápidas, el corredor al competir se suele sentir rápido o medianamente rápido. Esto suele darle un buen empuje de motivación para programaciones a largo plazo.

Para corredores de corta distancia, o noveles, estas carreras se pueden utilizar a modo de competición intermedia en la temporada para ir comprobando la evolución del corredor.

PLANIFICACION ANUAL EN TRAINING PEAKS

Y ahora que ya tienes claro como plantear tus pruebas en tu calendario, podrás correr y disfrutar cada una de ellas dándole la importancia requerida de acuerdo a su planteamiento sin la presión de tener que rendir al 100% en cada una de ellas como si fueran tu objetivo prioritario.

Y además, podrás sacar los mejores aprendizajes de cada una de ellas.

Ahora, para saber cómo empezar tu temporada, pincha AQUÍ o en mi Instagram

/David Garcia

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